Happy

Cuando viví en Nepal, quise viajar a Bután. Había oído que es el país más feliz del mundo, entre otras cosas, porque su turismo está restringido, evitando así que ‘los guiris’ contaminemos con nuestras costumbres las suyas. No puedes viajar por tu cuenta y el presupuesto es por tanto elevado.

Esto puede medirse con un doble rasero, porque podemos pensar que así se limita también el contacto de sus habitantes con otros que puedan, en un momento dado, aportar otra manera de vivir o pensar.

Más allá de si consideramos o no a Bután una utopía romántica, lo que sí tienen es un método para medir el índice de felicidad de sus habitantes. Bienestar psicológico, cultura, salud, educación o nivel económico son algunos de sus indicadores.

Quizá Nueva Zelanda, que se pregunta cómo incorporar este índice, pueda preguntarles...quizá el resto también.