Mythos
- soytuagapimu
- 24 abr 2020
- 1 Min. de lectura
Sí, es una palabra griega pero es también el título de una serie que hemos empezado a ver hoy.
La prota es una mujer de unos 50 que tiene tres hijos, dos adolescentes e inadaptados y una niña extremadamente sensible. El marido es un aspirante a fotógrafo que no trabaja pero que hace reuniones en casa rodeado de mujeres que lo admiran.
Ella se dedica a la venta de seguros para mantenerlos a todos. Se encarga de la casa y del cole, de la compra y de cocinar y de mantener en equilibrio una familia que se esconde tras la mentira, así que un día ella decide hacer lo mismo, miente y escapa.
Hay una escena en la que está sentada en un banco, mirando al horizonte y tiene una conversación con una desconocida mucho mayor que ella:
“No dedicamos tiempo a mirar las cosas” dice la desconocida.
“Aunque deberíamos” contesta ella.
“En este momento debería de estar planchando las camisas de mi marido”,
“Y yo comprando en el supermercado para mis hijos, mientras mi jefe me grita por teléfono y mi marido se folla a la farmacéutica”.
“¿Quiere un cigarrillo?” dice la desconocida.
“No gracias, lo he dejado”.
“Pues yo dejé de dejarlo” y levantándose del banco, la desconocida le da el paquete y se marcha diciéndole “buena suerte”.
“Dejar de dejarlo”, ¡qué gran frase! ¿es rendirnos a nuestra debilidad, abrazarla y disfrutar del placer que nos da cada una de sus bocanadas?

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